En nuestra filosofía de trabajo, consideramos que la reconstrucción de mama tras cáncer debe formar parte del tratamiento integral del cancer de mama con objeto de paliar los efectos psicológicos negativos que conlleva la resección mamaria (mastectomía) y dar mejor sensación de bienestar a la paciente.
La reconstrucción mamaria es un acto médico-quirúrgico complejo que debe siempre individualizarse para cada caso. Puede realizarse de forma inmediata (en el mismo momento de la tumorectomía o mastectomía) o diferida. Salvo casos de estadios tumorales avanzados que precisan de protocolos de quimioterapia y radioterapia concretos, somos partidarios de realizar la reconstrucción de forma inmediata, pues goza de algunas ventajas (menor impacto psicológico, mejores resultados estéticos y menor número de cirugías).
Está demostrado que la reconstrucción mamaria no implica un menor control de la enfermedad tumoral, no interfiere con la historia natural de la enfermedad ni dificulta su seguimiento o tratamiento posterior.
Podemos dividir las técnicas de reconstrucción mamaria en dos grandes bloques según se utilicen tejidos autólogos propios de la paciente o implantes. Un tercer subtipo sería la asociación de ambos. Elegir entre las distintas opciones es una labor compleja que requiere de un buen estudio previo. Nuestro objetivo es conseguir la reconstrucción mamaria ideal con el menor número de cicatrices, dando la forma y el volumen adecuados y consiguiendo los mejores resultados a largo plazo.
El empleo de implantes mamarios tiene como principal ventaja el ser una técnica de rápida recuperación. Sin embargo, puede no ser la técnica de elección; especialmente cuando se asocia radioterapia o si hay antecedentes de contractura capsular con implantes previos. En ocasiones es necesario realizar dos intervenciones. En un primer tiempo, se coloca un expansor mamario para dar de sí a la piel y proporcionar la forma a la nueva mama. Posteriormente se realizaría el recambio de éste por una prótesis definitiva.
La reconstrucción con tejidos autólogos (DIEP, TRAM...) emplea tejidos propios de la paciente para crear una nueva mama. Según la cantidad de tejido que se precise se utilizan unas técnicas u otras. Tiene como ventajas su mayor naturalidad y persistencia a largo plazo. Pese a tratarse de una técnica más compleja, en buenas manos obtiene los mejores resultados estéticos. Son muchas las zonas del cuerpo de donde se pueden obtener tejidos para la reconstrucción mamaria (piel y grasa del abdomen, espalda, glúteo o cara interna de muslos). Pueden ser colgajos que incluyan piel y grasa o piel y músculo; realizarse pediculados (de zonas adyacentes a la mama) o transferencias libres con técnicas microquirúrgicas (procedentes de localizaciones del cuerpo más alejadas).
En ocasiones recurrimos a la cirugía oncoplástica. Esta técnica consiste en asociar a la extirpación de una tumoración de la mama, la reconstrucción inmediata a partir del resto de tejido mamario. Se basa en el empleo de distintas técnicas de reducción mamaria o mastopexia. Puede emplearse tanto para tumoraciones malignas como benignas.