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Pecho encapsulado: causas, síntomas y tratamientos efectivos

El aumento mamario con implantes es una de las cirugías estéticas más populares en el mundo. Sin embargo, como cualquier intervención quirúrgica, puede presentar complicaciones. Una de las más características, dentro de su escasa frecuencia,  es el pecho encapsulado, también conocido como contractura capsular o prótesis encapsulada. Esta condición puede generar incomodidad física y emocional, afectando tanto los resultados estéticos como la calidad de vida de quien la padece.

Si te has sometido a un aumento de senos, estás considerando hacerlo, o trabajas en el ámbito de la salud, este contenido te será de gran utilidad.

Qué es el pecho encapsulado

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El pecho encapsulado es una complicación postoperatoria que puede ocurrir tras una cirugía de aumento mamario con implantes. Se produce cuando el cuerpo, en su intento natural de aislar el implante como un cuerpo extraño, forma una cápsula de tejido fibroso a su alrededor demasiado endurecida y fibrosa. Que se forme una cápsula es algo normal en el momento que se introduce un cuerpo extraño en el organismo. Sin embargo ésta debe ser blanda y elástica. 

El desarrollo de una cápsula alrededor del implante mamario es una reacción normal y esperada. Sin embargo, cuando dicha cápsula se vuelve anormalmente gruesa, rígida o se contrae, puede comprimir el implante y alterar la forma, consistencia e incluso la posición del pecho.

Este proceso anómalo es lo que se conoce clínicamente como contractura capsular, y es comúnmente denominado como pecho encapsulado. Puede presentarse en uno o ambos senos y, aunque a veces es asintomático en sus primeras fases, suele manifestarse progresivamente con síntomas como endurecimiento, dolor, deformidad visible o sensación de presión en las prótesis mamarias.

Síntomas del pecho encapsulado

El pecho encapsulado puede desarrollarse de forma gradual o repentina y los síntomas varían según el grado de contractura capsular que se haya formado alrededor del implante. En los primeros estadios, muchas mujeres pueden no notar signos evidentes. 

Sin embargo, a medida que la cápsula fibrosa se endurece y comprime el implante, comienzan a aparecer una serie de síntomas de encapsulamiento de prótesis físicos y estéticos que deben ser evaluados por un profesional médico.

Si te preguntas cómo saber si tengo el pecho encapsulado, echa un vistazo a este listado:

Cambios en la textura del pecho

Uno de los primeros síntomas que suele manifestarse es un cambio en la consistencia del seno. El tejido puede sentirse más firme o incluso duro al tacto, en comparación con un pecho sano o con el estado postoperatorio inicial. Esta rigidez puede aumentar progresivamente, generando molestias o una sensación anormal en la zona intervenida.

Dolor o sensibilidad aumentada

Aunque no todas las pacientes experimentan dolor, muchas reportan una sensación de presión, tensión o incomodidad constante. Este malestar puede intensificarse al tacto, al realizar ciertos movimientos del torso o durante el sueño. En los casos más severos, el dolor puede ser persistente e interferir con las actividades diarias.

Alteraciones en la forma y simetría

A medida que la cápsula se contrae, el implante puede desplazarse o deformarse, dando lugar a un aspecto antinatural del seno. Es común observar senos más elevados de lo normal, con forma redondeada y poco natural o con una notable asimetría entre ambos pechos. Este cambio estético suele ser uno de los motivos principales por los cuales las pacientes acuden a consulta.

Elevación o descolocación del implante

El encapsulamiento del pecho puede provocar que el implante sea empujado hacia arriba o hacia un lado, cambiando su posición dentro del bolsillo mamario. Esto altera el resultado visual de la cirugía y, en algunos casos, puede dar lugar a un seno que parece más pequeño o más alto en comparación con el otro.

Sensación de pecho “duro” o “tenso”

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Muchas pacientes describen el pecho encapsulado como “duro como una piedra” o “tenso al tacto”. Esta rigidez no solo afecta la apariencia externa, sino también la sensación subjetiva del implante, que deja de parecer parte del cuerpo y se percibe como un objeto extraño y molesto.

Pérdida de naturalidad al tacto

Un implante mamario correctamente integrado debería sentirse suave y moverse de forma natural. Con el encapsulamiento, se pierde esta movilidad y flexibilidad, generando un aspecto y tacto rígido, con movimientos limitados al estar acostada o al inclinar el torso hacia adelante.

Visibilidad de los bordes del implante

En los casos más avanzados, sobre todo en mujeres con poco tejido mamario, puede notarse una mayor visibilidad del implante, especialmente en los bordes. Esto se debe a la presión ejercida por la cápsula fibrosa, que empuja el implante hacia la superficie del pecho.

Grados del encapsulamiento capsular (Escala de Baker)

La clasificación de Baker es el estándar médico para medir la severidad del encapsulamiento:

  • Grado I: El pecho tiene aspecto y tacto normal. No hay síntomas visibles.
  • Grado II: El seno se ve normal, pero al tacto está algo firme.
  • Grado III: La firmeza es evidente y el pecho ha cambiado de forma.
  • Grado IV: El pecho está muy duro, deformado y causa dolor constante.

Causas del pecho encapsulado

El pecho encapsulado, o contractura capsular, es una complicación multifactorial. Aunque su aparición no siempre tiene una causa única o claramente identificable, existen diversos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta respuesta exagerada del cuerpo al implante mamario. Conocer estas causas no solo ayuda a entender mejor la condición, sino también a tomar medidas preventivas más eficaces antes y después de la cirugía.

Respuesta inmunológica del organismo

Cuando el cuerpo detecta un objeto extraño —en este caso, el implante—, activa una respuesta inmunitaria natural. Como parte de ese proceso, crea una fina cápsula de tejido fibroso que envuelve el implante, actuando como una barrera protectora. Sin embargo, en algunas personas esta respuesta es más agresiva, lo que lleva a una contractura excesiva de dicha cápsula. Esta reacción inmunológica puede depender de factores genéticos, del tipo de implante, o de la calidad del procedimiento quirúrgico.

Infecciones postoperatorias

Una de las causas más documentadas del encapsulamiento es la presencia de infecciones, incluso cuando son subclínicas (es decir, no presentan síntomas evidentes). Las bacterias pueden ingresar al cuerpo durante o después de la cirugía, provocando una inflamación persistente que estimula al cuerpo a reforzar la cápsula fibrosa. Aunque no se trate de una infección aguda, esta inflamación crónica puede endurecer la cápsula y derivar en un encapsulamiento.

Hematomas y sangrado interno

El sangrado postquirúrgico, aunque sea leve, puede generar un hematoma en el espacio donde se aloja el implante. Este hematoma actúa como un irritante interno, desencadenando una respuesta inflamatoria del cuerpo. Esa inflamación prolongada favorece el desarrollo de tejido cicatricial más denso, elevando el riesgo de contractura capsular.

Ruptura o filtración del implante

Si el implante mamario se rompe o filtra su contenido, el cuerpo puede reaccionar intensificando la producción de tejido fibroso alrededor del implante dañado. Este mecanismo de defensa, diseñado para contener el material liberado, puede resultar en una cápsula más gruesa y contracturada.

Tipo y textura del implante

Los estudios han mostrado que los implantes lisos tienen una mayor probabilidad de desarrollar encapsulamiento en comparación con los implantes texturizados. La textura rugosa ayuda a interrumpir la organización del tejido cicatricial, haciendo menos probable que se forme una cápsula compacta. Asimismo, la colocación del implante también influye: los implantes colocados sobre el músculo (subglandulares) tienden a tener un riesgo ligeramente mayor en comparación con los colocados bajo el músculo (submusculares).

Contaminación intraoperatoria

Durante la cirugía, incluso una mínima contaminación del implante al entrar en contacto con bacterias de la piel o del ambiente puede generar una “biopelícula” bacteriana. Esta biopelícula es una fina capa de bacterias que no siempre produce una infección evidente, pero puede provocar inflamación persistente y estimular la contractura de la cápsula.

Técnicas quirúrgicas inadecuadas

La habilidad y experiencia del cirujano plástico son factores clave en la prevención del encapsulamiento. Una técnica quirúrgica poco precisa, una mala hemostasia (control del sangrado) o un incorrecto manejo del implante pueden aumentar las probabilidades de formación de cápsulas anómalas.

Factores individuales y predisposición genética

Cada paciente responde de manera distinta a los implantes mamarios. Algunas mujeres tienen una predisposición genética a generar más tejido cicatricial o a sufrir respuestas inflamatorias exageradas. Estas diferencias individuales pueden hacer que algunas pacientes tengan mayor riesgo de desarrollar encapsulamiento, incluso cuando se siguen todos los protocolos adecuados.

Tratamientos para el pecho encapsulado

El tratamiento del encapsulamiento mamario depende fundamentalmente del grado de contractura capsular, la intensidad de los síntomas y el impacto estético que haya causado. En algunos casos leves, puede ser suficiente con una estrategia conservadora y mantener un seguimiento médico; en otros, especialmente cuando hay dolor o deformidad visible, es necesario recurrir a una intervención quirúrgica.

La buena noticia es que hoy en día existen diversas opciones terapéuticas eficaces, tanto no invasivas como quirúrgicas, que permiten tratar esta complicación y mejorar significativamente la calidad de vida de la paciente.

Tratamientos no quirúrgicos

Los tratamientos conservadores se indican habitualmente en los grados I y II de la escala de Baker, cuando el pecho presenta una leve dureza sin síntomas significativos ni alteraciones estéticas graves.

  • Terapia física y masajes: En las primeras fases del encapsulamiento, algunos especialistas recomiendan masajes terapéuticos para estimular el tejido alrededor del implante. Esta técnica busca evitar que la cápsula se endurezca más. Sin embargo, su efectividad es limitada y no todos los cirujanos la recomiendan, ya que en ciertos casos puede empeorar la condición.
  • Ultrasonido terapéutico o láser: La aplicación de terapias físicas como el ultrasonido de alta frecuencia o láser puede ayudar a ablandar el tejido cicatricial, reducir la inflamación y mejorar la elasticidad de la cápsula. Estas técnicas no son invasivas y suelen aplicarse en sesiones ambulatorias.
  • Medicación antiinflamatoria: El uso de medicamentos como corticoides o enzimas antifibróticas puede ayudar a disminuir la inflamación y ralentizar la formación del tejido cicatricial. Algunos médicos también utilizan colagenasas para disolver parcialmente las fibras de colágeno de la cápsula.
  • Tratamiento con leucotrieno antagonistas: Algunos estudios han explorado el uso de fármacos como el montelukast (Singulair), que inhiben la inflamación mediada por leucotrienos, con resultados prometedores en etapas tempranas de contractura capsular. No obstante, su uso aún no está completamente estandarizado.

Tratamientos quirúrgicos

Cuando el encapsulamiento ha avanzado a grado III o IV, con dolor, asimetría o deformación notoria, el tratamiento más efectivo es quirúrgico. El objetivo es eliminar o debilitar la cápsula fibrosa y restaurar la forma y funcionalidad del implante mamario.

  • Capsulotomía: Consiste en realizar cortes estratégicos en la cápsula endurecida para liberar la tensión y permitir que el implante recupere una forma más natural. Es menos invasiva que la capsulectomía, pero su eficacia puede ser limitada si la cápsula es muy densa o extensa.
  • Capsulectomía: Es la extracción completa de la cápsula fibrosa que rodea el implante. Esta técnica es más invasiva, pero también más definitiva en casos severos. Puede realizarse con o sin el reemplazo del implante, dependiendo del estado del mismo y de los deseos de la paciente.
  • Reemplazo del implante: Muchas veces, durante la cirugía se decide reemplazar el implante de mamas existente por uno nuevo, especialmente si hay sospechas de ruptura, deterioro, o si se desea cambiar el tipo o tamaño del implante. En algunos casos, la paciente opta por retirar definitivamente los implantes, especialmente si ha experimentado complicaciones repetidas.
  • Cambio del plano de colocación: Si el implante original fue colocado en el plano subglandular (por encima del músculo), puede recomendarse moverlo al plano submuscular (debajo del músculo pectoral) para reducir el riesgo de una futura contractura.

Preguntas frecuentes sobre el pecho encapsulado

¿Cuánto tiempo después de la cirugía puede aparecer el encapsulamiento de la prótesis?

Puede surgir semanas, meses o incluso años después del procedimiento.

¿Es necesario retirar el implante si tengo encapsulamiento?

No siempre. En algunos casos, basta con realizar una capsulotomía o tratar la inflamación.

¿Se puede vivir con una prótesis encapsulada?

Sí, se puede vivir con una prótesis encapsulada, especialmente en grados leves; sin embargo, en casos avanzados puede causar dolor o deformidad, haciendo recomendable su tratamiento.

¿Puedo prevenir el encapsulamiento por completo?

No se puede eliminar el riesgo al 100%, pero se puede reducir significativamente. En cualquier caso debes tener la tranquilidad de que son situaciones que se dan en muy bajo porcentaje.

¿Es peligroso tener el pecho encapsulado?

No es peligroso, pero sí puede causar dolor y afectar la estética.

¿Afecta la lactancia o la salud general?

El encapsulamiento no impide la lactancia, pero si se acompaña de otros problemas, se debe evaluar individualmente.

¿Es más común con ciertos tipos de implantes?

Sí, los implantes lisos y colocados sobre el músculo tienen mayor riesgo.

Mejor cirujano plástico en Madrid

El Dr. Martín Díaz es Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora y miembro de prestigiosas Sociedades Científicas como la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) o la Sociedad Española de Patología y Senología Mamaria entre otras.

Realiza su actividad privada como Cirujano Plástico en Madrid en la Clínica de Cirugía Plástica y Estética Dr. Martín Díaz, una de las mejores clínicas de aumento de pecho en Madrid.

Sus años de experiencia le han llevado a alcanzar un alto nivel científico y técnico, siendo un referente de la Cirugía Plástica de Madrid y España y el mejor cirujano plástico de Madrid.

Destaca su amplia experiencia en Cirugía de la Mama en intervenciones como la Mamoplastia de Aumento con Prótesis de Mama, la Mastopexia o Elevación de la Mama y la Reducción de Pecho. Ha desarrollado y perfeccionado técnicas de Cirugía Estética Facial como la Rinoplastia o Rinoseptoplastia, la Blefaroplastia o Cirugía de los Párpados, la Otoplastia o Cirugía de las Orejas y, especialmente, el Lifting o Rejuvenecimiento Facial.

Domina a la perfección la Cirugía del Contorno Corporal con especial dedicación a la Abdominoplastia y la Liposucción o Lipoescultura, potenciando en Madrid la novedosa y revolucionaria técnica Lipo VASER y Liposucción de Alta Definición con Marcación Abdominal con la que conseguir buenos resultados, tanto en la eliminación de grasa localizada como en la retracción de la piel. La marcación muscular ya es posible ahora consiguiendo un efecto Fitness.
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Esto le hace ser reconocido por muchos como mejor Cirujano Plástico y Estético de Madrid y mejor cirujano aumento de pecho en Madrid.